MICRORRELATO I

Manhattan

Nueva York me respira
sin conocerme.
Soy multitud;
dentro del tumulto
descanso.
Bajo el acero
nadie me mira,
me disuelvo en el ruido
como en el agua,
la ciudad me desnuda
de mis nombres.

Turba infinita.

MICRORRELATO II

Harlem

El altar
sostenía lo invisible;
nada brillaba.

Al fondo ébano,
solo una cruz
desnuda en su sencillez.

Ausencia sagrada.

Sentada en un banco,
una anciana negra
de contornos hondos
y tocado humilde
se balanceaba.

¿Acaso estaba Dios ahí,
con ella en su vaivén?