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Cuando volamos a Nueva York en junio de 2016 no llevábamos casi nada planificado. No nos gusta mucho la idea de llevar una agenda totalmente cerrada y preferimos organizar sobre el terreno y dejar que la vida fluya y vaya planteando también nuestro viaje.

Puede que a ti te suceda lo mismo. O no. No importa.

Lo importante es que, si viajas a Nueva York y quieres ver algo realmente espectacular, tienes que subir al Empire State.

Pocos paisajes en el mundo se parecen a esa burbuja inmensa de luces que por todos lados te rodea. Es de las cosas más alucinantes que jamás hemos visto y hoy queremos compartirla contigo a través de estas fotografías.

Rascacielos gigantes, taxis amarillos que parecen de miniatura, el viento soplando fuerte y mezclándose con el sonido de las bocinas de los coches y las sirenas de las ambulancias a lo lejos… Un espectáculo para todos los sentidos, vaya.

La cima de Manhattan

En Manhattan el callejero está super ordenado. Lo de la Quinta Avenida es porque hay una primera, una segunda… Y así hasta el infinito. Y con las calles, que son casi todas de sentido único, sucede igual.

Ahora imagínate cómo se ve eso desde las alturas. Un montón de avenidas y calles sobre las que se elevan miles de edificios gigantescos que parece que se pelean por llegar al cielo.

De noche, Nueva York es una explosión de luces ordenándose en hileras hasta el horizonte, una jungla inmensa de cemento y neón que parece que nunca podrá abarcarse del todo. 

Cosas que te pueden pasar si subes al Empire State

1. El ascensor sube tan rápido que puede que hasta se te taponen un poco los oídos. Llegar del piso 0 al 86 en pocos segundos es lo que tiene. Mientras frena, el ascensor sube unos 6 pisos… O eso calculamos nosotros.

2. Antes de acceder al mirador en 360º te hacen una foto con un croma que luego montan e intentan venderte (of course). Cuesta 25$, una pasta, pero mola tanto que no pudimos resistirnos. Puede que tú también caigas en la tentación, ay.  

3. Elige un día que no sea fin de semana para evitar colas. La mejor hora es, sin duda, al atardecer. La luz es impresionante. 

4. Si subes por la noche, aunque sea verano, llévate algo para abrigarte un poco. Suele hacer viento en las alturas aunque abajo no sople ni gota, y la temperatura es más baja.

5. La típica tienda de merchandising del Empire State es un paraíso para los frikis como yo. Está King Kong por todas partes y mola una barbaridad. Menos mal que Antonio me frena.

¿Cuánto cuesta subir al mirador?

En el Empire State existen dos miradores, uno en la planta 86 (a 320 metros de altura) y otro en la 102.

Subir al primero cuesta 32$ y continuar hasta el segundo tiene un suplemento de 20$.

El horario de visitas comienza a las 8:00 de la mañana y el último ascensor que sube por la noche es a las 1:15 horas.

Puede que leas por ahí que lo mejor es pegarse el madrugón y ponerse el primero en la cola. Pero nosotros preferimos no perdernos el atardecer desde las alturas. Elegimos un día de diario poco antes de cenar (a hora española) y no tuvimos que esperar prácticamente nada.

Cosas curiosas sobre el Empire State

El Empire State fue el edificio más alto del mundo desde 1931 hasta 1972. Hoy en día, tras la caída de las Torres Gemelas, es el tercer edificio más alto de Nueva York por detrás del One World Trade Center y del 432 Park Avenue.

El Empire State tiene 102 plantas y una altura de 381 metros (443 metros si contamos su antena).

El edificio se construyó en tiempo record, tan sólo pasaron 410 días desde el inicio hasta su inauguración. En la construcción, en plena crisis del 29, trabajaron más de 3000 obreros.

A nosotros Nueva York nos dejó completamente enamorados. Hemos viajado mucho y hemos conocido lugares increíbles, pero los recuerdos que tenemos de este viaje son tan bonitos que casi no lo podemos explicar.

¿Y tú? ¿Has estado en Nueva York? ¿Subiste al Empire State? ¿Te gustaría conocer la ciudad pero aún no has podido? Antes de irte, déjanos tu opinión. Cuéntanos tus sensaciones, tus sueños y consejos viajeros o pregúntanos lo que necesites en los comentarios. ¡No te vayas sin dejar tu huella!